Fabregat, Josep Joaquín - Ximeno y Planes, Rafael.
Vista de la Plaza de México Nuevamente Adornada para la Estatua Equestre de Nuestro Augusto Monarca Reynante Carlos IV que se Colocó en ella el 9 de Diciembre de 1796 Cumple Años de la Reyna Nuestra Señora María Luisa de Borbón, su Amada Esposa por Miguel la Grúa, Marques de Branciforte, Virrey de Nueva España…México, 1797.
Grabado en cobre, 52.5 x 78.5 cm.
Con marca de humedad.
Enmarcada.
La obra marca el punto máximo del desarrollo del neoclasicismo en este país y el abandono del barroquismo popular. De acuerdo con Manuel Romero de Terreros: "Un contemporáneo dice: El buril del incomparable Don Joachin Fabregat traslada desde la lámina al papel con toda propiedad la bella Elipse, la suntuosa balaustrada, las magníficas puertas, el sublime pedestal y la estatua misma…".
Véase en: Los grabadores en México durante la época colonial. Antigua Imprenta de Murguía, 1917.
Con motivo de la restauración de la Plaza central de México y de la inauguración de la estatua a caballo de Carlos IV, el Virrey Branciforte confiere la responsabilidad de plasmar una imagen que debía de capturar el esplendor de las nuevas obras a los integrantes de la recién fundada Real Academia de San Carlos de México: José Joaquín Fabregat (Director de la cátedra de grabado), y Rafael Ximeno y Planes (Director de pintura). Fruto de la colaboración de dichos artistas es el presente grabado. En el grabado se puede distinguir un cielo anubarrado que parece abrirse y aclararse precisamente sobre la estatua del monarca español. La Plaza Mayor, en el centro, se encuentra cercada por una balaustrada y son cuatro los portones de herrajes que permiten el acceso a ella. Al fondo se vislumbra la Catedral de México, con sus dos altos campanarios y techos abovedados; al costado derecho se encuentra el Palacio Virreinal, y enfrentado a este, se aprecia el edificio del Sacro Monte de Piedad y Ánimas. Es de particular interés en el grabado la estatua de Carlos IV en sí; para la fecha de la celebración, 9 de diciembre de 1796 (en la fecha del Santo de la reina María Luisa), lo que se develó arriba del pedestal no era sino una estatua provisional. Esto se debe a que no se pudieron reunir los 600 quintales (27.6 toneladas) de metal necesarios para la fundición. Tolsá suspendió los trabajos y recurrió a una solución alterna, que consistía en realizar una escultura provisional tallada en madera, mientras se obtenía el mineral requerido. Por tanto, lo que se tiene en el grabado es el diseño original de Tolsá antes de siquiera hacerse la famosa estatua del "Caballito" de Carlos IV.
A pesar de ser una imagen icónica y reproducida en incontables publicaciones posteriores, el grabado original es de extrema rareza, especialmente aquellos que fueron coloreados a mano.
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