Lot 222

Iglesia del Mineral de Tasco. México: Litog. de Decaen. Litografía con detalles a color. En marco marqueteado.

Estimate: MXN$10,000 - MXN$12,000

Bid Increments

Price Bid Increment
MXN$0 MXN$100
MXN$1,000 MXN$200
MXN$1,200 MXN$300
MXN$1,500 MXN$300
MXN$1,800 MXN$200
MXN$2,000 MXN$200
MXN$2,200 MXN$300
MXN$2,500 MXN$300
MXN$2,800 MXN$200
MXN$3,000 MXN$200
MXN$3,200 MXN$300
MXN$3,500 MXN$300
MXN$3,800 MXN$200
MXN$4,000 MXN$200
MXN$4,200 MXN$300
MXN$4,500 MXN$300
MXN$4,800 MXN$200
MXN$5,000 MXN$500
MXN$10,000 MXN$1,000
MXN$20,000 MXN$2,000
MXN$50,000 MXN$5,000
MXN$100,000 MXN$10,000
MXN$500,000 MXN$50,000
MXN$1,000,000 MXN$100,000
Iglesia del Mineral de Tasco. México: Litog. de Decaen. Litografía con detalles a color, 35 x 50.8 cm.; hoja completa, 44 x 58 cm. “Luis Zamora, la dibujó del natural el 16 de septiembre de 1852”. Faltantes en margen superior, restaurados; manchas de óxido y humedad, afecta poco la imagen. Marcas de arrugas al centro. Marco de madera con marquetería. Enmarcada. El Templo de Santa Prisca es un monumento colonial que se localiza en la ciudad de Taxco de Alarcón, construido entre los años 1751 y 1758. Su construcción tuvo como propósito desde donde el sacerdote Manuel de la Borda -hijo de José de la Borda, benefactor y fundador de la parroquia- pudiera oficiar misa. El diseño estuvo a cargo del arquitecto francés Diego Durán, y el español Cayetano Sigüenza. Los retablos son obra de los también españoles Isidro Vicente y Luis de Balbás. Desde 1758 hasta 1806, el templo fue el edificio más alto de México, pero fue sobrepasado por el Templo de Nuestra Señora del Carmen. La historia de la aparición de Santa Prisca sucedió en el año 1751, mismo en que fue iniciada la construcción de la parroquia. Una tarde en que José de la Borda se encontraba ausente de Taxco, pues se había trasladado por negocios a la ciudad de Guanajuato, se soltó una tormenta. Entonces, unos truenos cayeron sobre lo que se llevaba adelantado de la obra. Los artesanos y albañiles que trabajaban en el templo se hincaron para rezar. De pronto, Santa Prisca se dejó ver en las alturas, sujetando con sus manos los relámpagos para impedir que causaran daño a la gente que se encontraba en el lugar. Luego desapareció poco a poco. Un cuadro en el templo recuerda esta leyenda. Véase en: Revista Nómada - Urbipedia (Recursos electrónicos).

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