Lot 57

ÁNGEL ZÁRRAGA, Autorretrato con modelo, Firmado y fechado Chapultepec 1944, Óleo sobre tela, 155.7 x 110 cm

Estimate: MXN$4,000,000 - MXN$6,000,000

Bid Increments

Price Bid Increment
MXN$0 MXN$100
MXN$1,000 MXN$200
MXN$1,200 MXN$300
MXN$1,500 MXN$300
MXN$1,800 MXN$200
MXN$2,000 MXN$200
MXN$2,200 MXN$300
MXN$2,500 MXN$300
MXN$2,800 MXN$200
MXN$3,000 MXN$200
MXN$3,200 MXN$300
MXN$3,500 MXN$300
MXN$3,800 MXN$200
MXN$4,000 MXN$200
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MXN$4,500 MXN$300
MXN$4,800 MXN$200
MXN$5,000 MXN$500
MXN$10,000 MXN$1,000
MXN$20,000 MXN$2,000
MXN$50,000 MXN$5,000
MXN$100,000 MXN$10,000
MXN$500,000 MXN$50,000
MXN$1,000,000 MXN$100,000
ÁNGEL ZÁRRAGA (Victoria de Durango, 1886 - Ciudad de México, 1946)

Autorretrato con modelo

Firmado y fechado Chapultepec 1944 Óleo sobre tela Agradecemos a la Maestra María Luisa Novelo, asesora en la realización del libro: Ángel Zárraga, la colección de la CNIC [Cámara Nacional de la Industria de la Construcción]

, por la verificación de autenticidad de esta obra, abril de 2022. Procedencia: adquirido en la Galería Ramis Barquet; colección privada. Presenta detalles de conservación. Ángel Zárraga presentó habilidades artísticas desde joven. A los 14 años de edad ingresó a la Escuela Nacional Preparatoria en San Ildefonso, entrando al seno mayor de la floreciente cultura nacional, teniendo como maestros a Justo Sierra, Amado Nervo, Ezequiel Chávez y a su tío, el poeta y profesor de literatura Pedro Argüelles. En aquel entonces, el joven Zárraga escribía prosa y dibujaba algunas caricaturas y retratos sobre tarjetas postales. Entre 1902 y 1903 fue motivado por Luis G. Urbina, José Juan Tablada y Amado Nervo para que publicara sus primeros versos en la "Revista Moderna". Posteriormente ingresó a la Academia de San Carlos por un breve periodo de tiempo, teniendo como compañeros a José Clemente Orozco, Diego Rivera, Roberto Montenegro y Saturnino Herrán y como maestros a José María Velasco y a Santiago Rebull. Fue gracias a este último que se interesó por el clasicismo francés de Jacques-Louis David y Jean-Dominique Ingres, poniendo especial interés en la búsqueda de la perfección de la forma y del equilibrio compositivo, el estudio constante del cuerpo desnudo y la prevalencia de la figura humana como objeto precedente de representación. Estos principios se convirtieron para él en una promesa inquebrantable con su obra, mismos que le sirvieron para contrarrestar las tentaciones de la vanguardia. Se impregnó también del simbolismo de Julio Ruelas, de quien aprendió no solo la disciplina dibujística, sino la visión moderna del compromiso artístico con la imaginación desbordada, la libertad para abordar iconografías clásicas y de la exploración del erotismo. Influido por su maestro, se embarcó con destino a Europa. A su llegada asistió a la Real Academia de Bruselas y mediante una beca se trasladó a España para tomar clases con Joaquín Sorolla. En 1919 fue seleccionado como jurado calificador por la junta directiva del Salón de Otoño de París y dos años más tarde logró montar una exposición individual con gran éxito. Europa fue para él un cúmulo de enseñanzas e influencias artísticas; experimentó las vanguardias desde su propio lenguaje, lo cual lo condujo a pintar diferentes temáticas, destacando las escenas religiosas, los bodegones y las representaciones deportistas, en especial el futbol. En las décadas de los veinte y los treinta se convirtió en un artista muy codiciado en París, participando en numerosas exhibiciones y volvió a la forma humana como fuente original de inspiración, alejándose del cubismo. A diferencia de muchos artistas latinoamericanos que trabajaron en Francia en el periodo de entreguerras, cuyo trabajo respondió a la fascinación francesa por las diferencias étnicas, Zárraga continuó centrándose en los avances contemporáneos del país galo. Su visión de la forma humana tiende a aludir a la universalización de ideas como la trascendencia, la belleza ideal y la perfección física. Así, a la par de la ejecución de sus famosos futbolistas, realizó algunos bodegones, escenas costumbristas y siguió explorando el estudio del desnudo. Estableció su vida en el viejo continente, visitando México en pocas ocasiones y tras vivir ahí por casi tres décadas, se vio obligado a regresar definitivamente a causa del bombardeo a París en 1940. Tras su llegada a la Ciudad de México, fue buscado por diversas instancias y personalidades de la cultura de nuestro país. Fuentes consultadas: - ECHEGARAY, Miguel Ángel et al. Ángel Zárraga. Primer realista mexicano del siglo XX. México. Gobierno del estado de Durango, 2006, pp. 9, 26-29 y 40 - GREET, Michele et al. Ángel Zárraga. El sentido de la creación. México. CONACULTA, Museo del Palacio de Bellas Artes, Fundación Mary Street Jenkins, 2014, pp. 77-81 - NOVELO, María Luisa et al. Zárraga. México. Américo Arte Editores, Grupo Financiero Bital, 1997, pág. 26. 155.7 x 110 cm

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