SILLÓN MÉXICO, PRINCIPIOS DEL SIGLO XX Fabricado por JORGE UNNA Y CIA Elaborado en madera con tapicería acojinada a rayas en colores blanco, dorado y azul Detalles de conservación Decorado con motivos arquitectónicos, remate a manera de roleos y soportes con esferas de vidrio 126 x 56 x 58 cm Desde que estableció su primer negocio hasta el inicio de la Revolución en 1913, Unna gozó de franquicias y apoyo por parte de los gobernadores del estado de San Luis Potosí, así como del reconocimiento del propio Porfirio Díaz y de los sectores sociales privilegiados de ese momento. También fue diplomático de carrera, pues desde 1895 fungió como cónsul de Portugal en México, y a partir de 1906 fue nombrado vicecónsul del Imperio Alemán en la ciudad de San Luis Potosí. Su empresa logró sobrevivir a la Revolución Mexicana, pues se mantuvo activa hasta 1922. La causa que desencadenó el cierre definitivo de su fábrica fue la aparente depresión que le provocó la muerte de su esposa María Teresa Gedovius en 1922. Ya que meses después, Unna remató todas las existencias de artículos que le inventarió y vendió la propiedad a la familia Compeán. Jorge Unna Gerson falleció en la ciudad de San Luis Potosí el 30 de abril de 1931. Años después, el presidente Lázaro Cárdenas utilizaría los restos del inmueble para establecer la cooperativa “Fábrica Atlas”, que producía costales de ixtle, la cual operó hasta julio de 1991. Posteriormente, el inmueble fue demolido en 1994.