ANTONIO BALLERO ITALIA, (1864-1932) BODA EN LA ISLA DE CERDEÑA Óleo sobre madera Firmado: “H. Ballero” Detalles de conservación. Perforaciones en lienzo y desprendimientos de capa pictórica 50 x 70 cm Antonio Ballero fue un pintor, escritor y fotógrafo italiano que a finales de 1900 se erigió como uno de los protagonistas, junto con Francesco Ciusa, Grazia Deledda, Sebastiano Satta y otros, de la llamada "Atenas Sarda". A pesar de ser autodidacta, enseñó dibujo en varias escuelas del reino, en Nuoro, en Messina y finalmente en Sassari, donde se estableció después de su matrimonio con la Faenza Ofelia Verzelloni, también pintora y maestra, treinta años más joven. En 1896 había participado con dos pinturas en una exposición colectiva de artistas sardos en Sassari. Más tarde viajó al continente, visitando la Exposición Internacional De Arte Decorativo Moderno en Turín en 1902 y, en 1903, la Bienal de Venecia, donde conoció a Giuseppe Pellizza Da Volpedo, con quien mantuvo una relación epistolar. También en 1903 su pequeño autorretrato fue expuesto en Génova en una exposición de la Società Promotrice di Belle Arti. En los años siguientes sus pinturas se exhibieron en Génova, Florencia, Nápoles, Cagliari, Milán y Turín. Su arte pictórico, marcado por la tradición, fue influenciado por Pellizza Da Volpedo y por un tiempo se unió a la corriente divisionista. Los temas de sus pinturas, además de los paisajes de Barbagia, son a menudo escenas de género popular, pastores, mujeres en traje y ritos populares. Apasionado por la fotografía, capturó con la lente las imágenes que luego, en el estudio, volvería a trabajar en el lienzo. Además, muchas de sus fotografías han conservado un importante valor documental. Además de las pinturas al óleo y acuarelas, su talento se expresó aún mejor en los dibujos en blanco y negro que hizo en china con un entretejido de líneas llamado "a ghirigoro" y que firmó con una araña de péndulo al final de su firma. A partir de 1924, Ballero redescubrió la técnica del monotipo, haciendo imágenes en colores puros y apagados. Murió a la edad de sesenta y siete años en Sassari. Sus obras se exhiben en el Museo Nazionale Sanna en Sassari y en otros museos en Cerdeña, otros se guardan en colecciones públicas y privadas en Italia y en el extranjero.