CRUZ PROCESIONAL
(México, siglo XVII)
En plata fundida, labrada y cincelada
Con la leyenda "ANTONIO MARTI FECIT ME 1634".
Con Cristo crucificado en una cara y la Virgen con el Niño en la otra; decorada con serafines y motivos florales.
Presenta detalles de conservación.
Las cruces procesionales han ocupado un papel central en la liturgia y la devoción popular a lo largo de la historia del cristianismo. Durante los siglos XVII y XVIII, estas piezas alcanzaron un alto grado de elaboración tanto en su iconografía como en su materialidad, reflejando cambios estilísticos y las necesidades de las cofradías y comunidades religiosas. Fueron concebidas como objetos de gran impacto visual, utilizando materiales preciosos como plata, oro y maderas nobles, frecuentemente enriquecidas con esmaltes, perlas y piedras preciosas. La orfebrería religiosa alcanzó un alto grado de sofisticación, con piezas ricamente cinceladas, repujadas, fundidas o en filigrana que permitieron una mayor elaboración de detalles. La intención no era solo embellecer el objeto, sino potenciar su capacidad de inspirar devoción y solemnidad en las procesiones ya que además de fungir como elementos litúrgicos, también comunicaban complejos mensajes teológicos y espirituales. Pues durante las procesiones religiosas, la cruz se convertía en un punto focal de la experiencia religiosa, marcando el inicio y el sentido del cortejo. Su exhibición en espacios públicos de gran magnitud también servía como un medio de catequesis visual para la población analfabeta, reforzando la doctrina cristiana a través de su carga simbólica y estética.
El estudio de la ubicación de estas cruces dentro de las iglesias y su relación con otros elementos del mobiliario sagrado permite comprender su importancia en la estructura ritual. Muchas de ellas, una vez fuera de la procesión, se colocaban en altares laterales o se resguardaban en relicarios especiales, lo que sugiere su alto valor no solo religioso, sino también patrimonial.
Fuente consultada: DE PAULA COTS, Francisco. Símbolo y visualidad en las cruces procesionales valencianas (siglos XIV-XX). Valencia. Laboratorio de Arte 24, 2012, pág. 47- 74.
70 x 36 x 12 cm
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