PEDRO GUALDI
(CARPI, ITALIA, 1808-NUEVA ORLEANS, EE. UU., 1857)
PLAZA DE SANTO DOMINGO, CA. 1841
Óleo sobre tela
Firmado "Gualdi"
Detalles de conservación
69.2 x 95.3 cm
Este cuadro fue subastado en Sotheby's Nueva York el 28 de mayo de 1985
Arribó desde Europa a México a fines de 1835 o principios de 1836, cuando el artista contaba con 27 años. El grupo operístico con el que Gualdi viajó como escenógrafo oficial, la Compañía de Opera de Madame Albini, inició sus funciones el 1 de febrero de 1836 en el teatro principal de la ciudad de México. Su arribo representó todo un acontecimiento artístico para la sociedad capitalina de la época. Las ambiciosas decoraciones teatrales del siglo XIX exigían de sus creadores un sólido dominio de las leyes y principios de las matemáticas, la óptica y la perspectiva. Heredero de esta tradición, Gualdi se formó en las academias y se perfeccionó posteriormente con el pintor Menozzi en el Teatro Scala de Milán. Los conocimientos y habilidades ilusionistas que Gualdi desarrolló para desempeñar su labor como escenógrafo debieron impactar significativamente sus posteriores creaciones pictóricas, por ejemplo, en su capacidad para los diseños arquitectónicos en vistas.
A la par de su trabajo con la compañía de ópera, Gualdi comenzó a retratar espacios y edificios emblemáticos de la ciudad. La labor pictórica de Gualdi seguramente se inspiró en la tradición italiana de la veduta que alcanzó su apogeo en el siglo XVIII y que hizo famosos a pintores como El Canaleto, quien, al igual que Gualdi, fue primero un pintor escenógrafo. Algunos de los cuadros más antiguos de Gualdi, fechados y firmados en nuestro país, datan de 1838-1839 y representaban la Catedral de México y la Plaza de Santo Domingo. La repetición de estos motivos en su pintura revela que se trata de imágenes que gustaron al público de la época, pues reivindicaban la arquitectura y la belleza de los edificios de la ciudad de los palacios, muy acordes con el gusto romántico que empezaba a infiltrarse en México, no exento de cierto nacionalismo. Los comitentes de sus obras, familias pudientes de los sectores más prósperos de la capital, debieron encargar continuamente estos paisajes urbanos para decorar los salones de sus casonas. La elección del maestro italiano para realizar esta labor debió relacionarse con su fama, habilidad y a las relaciones que el artista había establecido con la élite metropolitana.
Las vistas de Gualdi se caracterizaron por el minucioso detalle del dibujo de los edificios y la perfección de la perspectiva lineal, aspectos que seguramente derivan también de su trabajo en las escenografías. Las obras que presentamos nos revelan a un artista con una interesante elección de los ángulos y los efectos lumínicos, así como una gran capacidad en la representación del espacio y la ilusión óptica. Sin duda, Gualdi fue un fuerte y decidido impulsor del paisaje urbano en nuestro país, pues con sus vistas se convirtió en uno de los primeros en redescubrir la belleza de los edificios de la capital. Sus representaciones urbanas de ambientes sosegados y armoniosos contribuyeron a construir la imagen de un país civilizado, a pesar de la convulsionada realidad de la época.
Fuente: Arturo Aguilar Ochoa, El escenario urbano de Pedro Gualdi. 1808-1857 (México: Museo Nacional de Arte, 1997), 33-68.
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