PETACA
MÉXICO, CA. 1700
Tejido de palma recubierto en cuero bordado con hilo de pita y guarniciones de hierro forjado
Interior original cubierto de lino
Detalles de conservación y estructura
41 x 68 x 45 cm
Durante el Virreinato, el intercambio cultural entre las culturas indígenas y española dio como resultado nuevas técnicas y objetos. Las petacas de viaje son uno de los ejemplos más representativos, pues se retomó la tradición mesoamericana de almacenamiento y transporte de bienes de lujo u objetos de valor en cestas tejidas. Derivan de las cajas de petate usadas en la época prehispánica y eran llamadas petlacalli, del náhuatl petatl (estera) y calli (casa). El uso de petlacalli, ligado al almacenaje de objetos valiosos, va de la mano con un estrecho vínculo con los envoltorios sagrados pues, según las tradiciones sobre la fundación de Tenochtitlán, el dios Huitzilopochtli fue transportado al lugar elegido en uno de estos objetos. Además, también servían para transportar y guardar los tributos entregados a los gobernantes, revelando así el gran valor simbólico y material que era resguardado en su interior.
Rápidamente, petlacalli fue adaptado al español como petaca, llegando a nosotros testimonios de estas desde el siglo XVI por medio de Fray Bartolomé de las Casas: “Son hechas de hojas de palma o de cañas muy delicadas o de varillas delgadas, enforradas todas por de fuera de cueros de venados. Destas usan en toda la tierra firme los indios, y en ellas tienen y llevan sus alhajas y cosas, como nosotros en nuestras arcas”. Normalmente tejidas en estera o petate, eran recubiertas de cuero y se bordaban con hilo de pita o ixtle (hilo de fibra de maguey), para ser decoradas con motivos sumamente diversos: desde diseños orientales al gusto de las élites hasta criaturas fantásticas. Por último, se equiparon con herrajes de hierro forjado para brindar soporte, dando así como resultado contenedores portátiles y ligeros que resisten los severos climas. Hoy en día, varios de los museos más importantes alrededor del mundo conservan ejemplares; desde el Museo Franz Mayer en Ciudad de México, hasta el Metropolitan Museum of Art de Nueva York.
Fuentes consultadas:Granados Ortega, María Ángeles. Contextualización cultural de la petaca novohispana conservada en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. Res Mobilis: Revista internacional de investigación en mobiliario y objetos decorativos, vol. 10, nº. 13, 2021.de las Casas, Bartolomé. Historia de las Indias. Tomo III. Madrid: Imprenta de Martí Ginesta, 1876, pp. 211-212.
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