RUFINO TAMAYO
(Oaxaca de Juárez, México, 1899 - Ciudad de México, 1991)
Retrato de Olga
Firmado y fechado O-45
Óleo sobre tela
Procedencia: Doyle Auctions, Nueva York, E.E. U.U., Subasta de Arte Latinoamericano, lote 08, 18 de abril de 2025; Christie’s, Nueva York, E.E. U.U., Subasta de Arte Latinoamericano, lote 20, 30 de septiembre de 2022; perteneció a la colección del Dr. Samuel y Beatriz Pilnik; adquirido en Christie’s, Nueva York, E.E. U.U., Venta de la colección de la familia Ralph F. Collin, lote 23, 16 de mayo de 1995; perteneció a la colección de la familia Ralph F. Collin, Nueva York, E.E. U.U.; Valentine Gallery, Nueva York, E.E. U.U.
Publicado en:
-GOLDWATER, Robert. Rufino Tamayo.
Estados Unidos. Quadrangle Press, 1947, pág. 103, catalogado LXI.
-LASSAIGNE, Jacques y PAZ, Octavio. Rufino Tamayo.
Estados Unidos. Rizzoli International, 1982, pág. 75, catalogado 29.
-RIVERA VELÁZQUEZ, Mariano y SOMORROSTRO, Carlos. Tamayo.
México. Producciones gráficas, 1983.
-ACHA, Juan. Introducción a la creatividad artística.
México. Editorial Trillas, 1992, pág. 228, catalogado 29.
-LASSAIGNE, Jacques y PAZ, Octavio. Rufino Tamayo.
España. Ediciones Polígrafas S. A., 1995, pág. 77, catalogado 29.
-XIANG, X. Tamayo. Serie Arte Figurativo del Siglo XX.
Editorial de Arte de Jiangxi, 1995, pág. 31, catalogado 29.
-DEL CONDE, Teresa et al. Tamayo.
México. Grupo Financiero Bital - Américo Arte Editores, 1998.
-“Tamayo”. México. Saber ver, mayo - junio 1999, segunda época, año 1 y núm. 1, pág. 15, catalogado 14.
-BERMÚDEZ FLORES, María Elena. Los Tamayo un cuadro de la familia.
México. Secretaría de las Culturas y Artes del Estado de Oaxaca, 2012, pág. 30.
-LARA ELIZONDO, Lupina. Cruce de caminos arte de México y España. Promoción de arte mexicano.
México. Qualitas Compañía de Seguros, 2017.
-OROZCO GONZÁLEZ, Abraham. Los colores de Rufino Tamayo.
México. Ingersoll Rand - Trane Aire Acondicionado, 2018, pág. 59.
Exhibido en: “Recent Tamayo Paintings”, muestra presentada en Valentine Gallery, Nueva York, E.E. U.U., enero de 1946, “Tamayo, 20 años de su labor pictórica”, muestra presentada en Museo Nacional de Artes Plásticas, Salón Nacional en Palacio de Bellas Artes, Ciudad de México, junio de 1948, ”Art Mexicain du Precolombien à nos Jours”, muestra presentada en Musée National d'Art Moderne, París, Francia, de mayo a junio de 1952, “Mexikansk Konst fron Forntid till Nertid”, muestra presentada en Lijevalchs Konsthall, Estocolmo, Suecia, septiembre de 1952, “The Collin Collection”, muestra presentada en The Knoedler Gallery For the Benefit of the Hospitalized Veterans Service of the Musicians, Nueva York, Estados Unidos, ”Exhibition of Mexican Art from Pre-Columbian Times to the Present Day”, muestra presentada en The Tate Gallery, Londres, Reino Unido, de marzo a abril de 1953, “The Colin Collection”, muestra presentada en M. Knoedler & Co., Inc., Nueva York, Estados Unidos, del 12 de abril al 14 de mayo de 1960, ”Rufino Tamayo - Exhibición Inaugural”, muestra presentada en Museo Nacional de Arte Moderno, Ciudad de México, de septiembre a diciembre de 1964, ”Rufino Tamayo en la XIV Bienal Internacional de São Paulo” muestra presentada en Pavilion Bienal de São Paulo Cecilio Matarazzo, Parque Ibirapuera, São Paulo, Brasil, 1977, ”Rufino Tamayo: Myth and Magic”, muestra presentada en The Solomon R. Guggenheim Museum, Nueva York, Estados Unidos, 1979 y ”Rufino Tamayo 70 Años de Creación”, muestra presentada en Museo de Arte Contemporáneo Internacional Rufino Tamayo, Ciudad de México, de diciembre de 1987 a marzo de 1988.
Con etiquetas de Christie’s, Doyle Auctions, The Solomon R. Guggenheim Museum y Secretaría de Educación Pública - Instituto Nacional de Bellas Artes.
A Rufino Tamayo comúnmente se le describe como un artista precursor. Fue de los primeros en América que interpretó sus raíces sin historicismo, anécdota o proclama y empleó elementos puramente plásticos de indudable origen local, logrando obras con una calidad impecable en el campo de la pintura y la gráfica en el país. Descubrió que en su tradición estaba la fuente para su trabajo; su obra se caracterizó en general por su voluntad de integrar la herencia precolombina autóctona, la experimentación y las tendencias plásticas que revolucionaron los ambientes artísticos europeos a comienzos del siglo XX. Realizó una búsqueda estética anclada en las raíces del México indígena desde el inicio de su carrera, sin embargo, entre 1926 y 1938 pintó un gran número de naturalezas muertas y paisajes urbanos, relacionando la mexicanidad con la modernidad.
Rufino Tamayo pintó murales, pero le interesó mucho más pintar telas donde el color, la materia, el tema y la manera de plasmar una visión eran un asunto personal de cada artista. Sabiendo que su naturaleza era ir a contracorriente, notó que sería difícil encajar en el nuevo cauce de la pintura nacional, por lo que decidió viajar al extranjero para conocer otras corrientes artísticas y pintar en libertad. Aunque en México se le acusó de ser un renegado de su patria, en Estados Unidos y Europa se le consideró muy mexicano, pero con una visión distinta de su país; un revolucionario, pero no por los temas que exponía su obra, sino por su forma de pintar.
La diferenciación entre la obra de muralistas como Diego Rivera y José Clemente Orozco fue marcada por una crítica redactada por Henry McBride, donde comentaba que Rufino Tamayo era el único pintor de la época que avanzaba por el camino de la estética, y que la pintura mexicana no podría llegar a ser universal, pues se interponían los intereses ideológicos de los pintores. Cuando Rufino Tamayo irrumpió de manera significativa en el panorama de la pintura nacional, la escuela de los muralistas ya había cumplido todos sus objetivos.
Esta época de gran esplendor para el muralismo fue para Rufino Tamayo un tiempo de tanteos, de dudas, completamente excluida de la gloria que se repartían sus colegas. En 1932 fue nombrado jefe del Departamento de Artes Plásticas de la Secretaría de Educación, donde su presencia dejó de ser de cierta manera ignorada, a pesar de ello, habrían de transcurrir largos años antes de que su papel en la historia del arte fuera reconocido. Durante ellos, tuvo que soportar la incomprensión, alegatos violentos y el silencio.
El muralismo había llegado al poder por aclamación popular, supo hacer plástico un anhelo colectivo, pero esta y muchas otras virtudes quedaron anuladas desde que poseído por su autosuficiencia trocó su papel y dejo de actuar al dictado de una aspiración popular para convertirse en dictador de un futuro del arte; y en este contexto apareció la obra de Rufino Tamayo para contrarrestar.
Para quienes hacían depender a la realidad del arte de un argumento ligado a una simple mecánica visual, el arte de Tamayo suponía un atentado para los valores formales. Pero el artista oaxaqueño no venía a dar una solución distinta para el problema del arte, sino a situar el problema de manera distinta. Su pintura no trataba de suplantar a la realidad con la abstracción, sino concebir a la realidad de otra manera.
La relación de Tamayo con otras corrientes de la pintura lo enriquecieron. Luis Cardoza y Aragón y Xavier Villaurrutia citaban que, si bien sus obras se alejaban de la pintura política o de cualquier contenido ideológico, esto no era un defecto sino una virtud; en sus pinturas encontraban una expresividad vinculada con lo universal y al mismo tiempo, una reflexión introspectiva sobre la mexicanidad.
A través de “Retrato de Olga” somos testigos de la maestría que Rufino Tamayo manejó en todos los formatos trabajados. Por medio del color y la forma podemos apreciar el estrecho vínculo que mantuvo con el estudio de las figuras prehispánicas y el arte popular de nuestro país, además de la incorporación natural de las expresiones absorbidas durante su estadía en Europa y Estados Unidos. Asimismo, esta obra es un reflejo del respeto, admiración y amor compartidos con Taide Olga Flores Rivas (Ciudad de México, 1906 - Ciudad de México, 1994), conocida también como Olga Tamayo, con quien mantuvo un exitoso matrimonio en toda la extensión de la palabra.
La solemne postura con la observamos a Olga Tamayo refleja el crucial papel que desempeñó en la consagración de la carrera del maestro Rufino Tamayo, ya que sin vacilación abandonó su prometedor camino profesional en la música para dedicarse a ser la difusora principal de la producción de su marido. Con motivo del reconocimiento de su sobresaliente labor se realizó la muestra “Olga, un retrato dinámico”, exhibición realizada en el Museo Tamayo de junio a octubre de 2024, donde se exaltó su gran papel como dama de cultura, promotora incansable de Rufino Tamayo y gestora de la colección que junto con su marido conformaron, la cual actualmente se aprecia en el Museo Tamayo de la Ciudad de México y el Museo Tamayo de la Ciudad de Oaxaca.
Fuentes consultadas: MORENO GALVÁN, José María et al. Rufino Tamayo. Pinturas.
España. Centro de Arte Reina Sofía. 1988, pp. 70-76, sitio oficial de la Secretaría de Cultura www.gob.mx/cultura, sitio oficial del artista www.rufinotamayo.org.mx y sitio oficial del Museo Tamayo www.museotamayo.org
122 x 92 cm