VIRGEN DE GUADALUPE CON LAS 4 APARICIONES MÉXICO, FINALES DEL SIGLO XVIII Óleo sobre tela Detalles de conservación. Pérdidas de capa pictórica 100 x 74 cm Las mariofanías o apariciones: El mismo año que salió a la luz la prístina historia guadalupana, obra de la pluma del presbítero criollo Miguel Sánchez (1648), también se puede fechar el primer ciclo pictórico de tema aparicionista expuesto, con un fin didáctico, a la contemplación pública. Ese año el vicario de la ermita de Guadalupe, el bachiller Lasso de la Vega, mandó que se construyese un cercado para proteger "en forma decente" el sitio del manantial del "pocito" y que el mismo se decorase con "hermosas pinturas de las apariciones de la virgen". Es decir, que narrasen visualmente los coloquios referidos en el Nican Mopohua y que bien vistos ya poseían una contextura dramática fácil de representar como secuencia ejemplar. El mismo Sánchez había publicado una estampa que evocaba la "cuarta aparición" o escena del "estampamiento" que tuvo lugar en el estrado del palacio episcopal: Juan Diego en el papel de mensajero y portador mariano desata su ayate rebosante de flores y muestra, ante el asombro de fray Juan de Zumárraga y sus familiares, el "verdadero retrato" de la Madre de Dios. De la mano de la literatura devocional nacen estas series tetra-episódicas que no sólo resumen los accidentes del prodigio guadalupano, sino que enseñan paso a paso que el desenlace de la historia es en sí un hecho único y sobrenatural: la impresión de la imagen. Fuente: Cuadriello, Jaime. "Las Mariofanías o apariciones", en: La Reina de las Américas. Works of Art from the Museum of the Basílica de Guadalupe. The Mexican Fine Arts Museum of Chicago, 1996, p. 9.