PEDRO RODRÍGUEZ MIRANDA
MADRID, (1694-1766)
RETRATO DE JUAN PÉREZ DE MONTALBÁN
Óleo sobre tela
Firmado y fechado 1762
Detalles de conservación
98 x 95 cm
Pedro Rodríguez Miranda fue un pintor español. Perteneció a una generación de pintores a caballo entre la tradición barroca española y la influencia de los maestros franceses e italianos traídos por Felipe V a la corte madrileña. Se formó con su tío Juan García de Miranda y, como ayudante suyo, entró en palacio en 1734 para restaurar las pinturas de la colección real, sobresaliendo en tales labores ya que fue nombrado pintor del rey en 1744. De su obra conservada destaca la de temática religiosa; ejemplo de ello y de sus vinculaciones con la escuela barroca de Claudio Coello y Juan Carreño de Miranda, son las tres pinturas del Museo del Prado procedentes del Museo de la Trinidad: Aprobación de la regla de la orden de los Clérigos Menores, El vicario general de la diócesis de Nápoles recibe los votos de los PP. Francisco y Agustín Adorno y Episodio de la vida de san Luis Beltrán. Merecen especial mención, por su carácter excepcional en la pintura española de ese momento, sus tres cuadros de paisajes también conservados en el Prado y por supuesto, sus excelentes retratos, como este de Juan Pérez de Montalbán, realizado a partir de una estampa dibujada por Jean de Courbes y replicada en el libro titulado “Lágrimas panegíricas a la muerte del gran poeta Juan Pérez de Montalbán”, impreso en Madrid en 1639.
Por su parte, Juan Pérez de Montalbán fue hijo del librero Alonso Pérez, por lo que creció codeándose con los más importantes intelectuales del siglo XVII que acudían a la tienda de su padre en la calle de Santiago. Desde muy joven llamó la atención de Lope de Vega, quien lo tuvo siempre como discípulo preferido, según se puede apreciar en las numerosas referencias de prólogos y dedicatorias del Fénix ya a partir de La francesilla publicada en 1620 en la Parte XIII. Escritor polígrafo, se dedicó esporádicamente a la poesía, sobre todo en dedicatorias de obras ajenas y en ocasión de certámenes. Participó en las fiestas de 1622 para la canonización de San Isidro, presididas por Lope de Vega. En ellas obtuvo el tercer premio, el reservado a las octavas. El 25 de junio intervino en la convocatoria en honor de San Francisco y San Ignacio: en la sección XII Montalbán obtuvo el primer premio, a pesar de que entre los cuatro rivales se hallase Calderón. En la VII parte, compitiendo con más de ochenta poetas, ganó el segundo premio. En 1624 publicó el Orfeo en lengua castellana, poema mitológico que durante mucho tiempo se atribuyó a Lope y que representa una respuesta a la publicación del Orfeo de Juan de Jáuregui. Hacia la mitad de los años 30, su salud comenzó a empeorar. La muerte de su querido maestro Lope de Vega, que ocurrió el 27 de agosto de 1635, contribuyó a acelerar este proceso como deja intuir el prólogo, escrito probablemente entre septiembre y diciembre del mismo año, a la Fama póstuma a la vida y muerte de Lope de Vega. Finalmente, murió en el año de 1638.
Fuente: Claudia Demattè, Biblioteca Miguel de Cervantes. Biografía de Juan Pérez de Montalbán (1601-1638).
D. C. D., Museo del Prado. Consultado el 10 de agosto de 2021.
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